Los efectos del #YaMecansé: la (r)evolución de las redes social (es)

Por Sergio Humberto Brown Figueredo
    
En un país democrático la cantidad de rechazo expuesto en la opinión pública en las últimas horas contra el Procurador "cansado" Jesús Murillo Karam, hubieran motivado su renuncia. No somos un país democrático. Pero más que la desafortunada expresión popularizada con el #YaMecansé, el principal motivo para su dimisión a la Procuraduría es la 'investigación patito' sobre los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Fue el clásico "carpetazo" administrado de acuerdo al tiempo político del viaje de Enrique Peña Nieto a China. Le están apostando al olvido.

¿Pueden ser así de macabros y jugar con el tiempo trágico que viven los padres y las madres de los desaparecidos? Si pueden. Ya no tendrán límites. Se robaron las elecciones. Congelaron la investigación de las matanzas del calderonismo y continuaron la estrategia de guerra (sin mencionarlo en los medios), el ejército participa de manera velada en crímenes de Estado (Tlatlaya) y sus partidos políticos están enlodados por repartirse a manos llenas el pastel del poder y el presupuesto. Ya pasamos del Estado fallido al Estado fallecido.

Tuiteros, feisbukeros y demás usuarios de las redes sociales es momento oportuno para preguntarse: ¿sirve de algo tuitear, 'postear', subir videos, fotos y compartir información? Sirve mucho: son (otras) formas de manifestación política. De presionar al poder entre millones de voces que su unifican en reclamos colectivos. Una (r)evolución comunicativa se practica desde el espacio privado (desde las casas u oficinas) y el público (internet y calle) interconectados. Lo uno hace a lo otro y viceversa.

Después de estar el #YaMecansé en trending topic nacional el fin de semana, el Procurador hizo una ronda en medios amigos el lunes para dar explicaciones extras a sus locas hipótesis y resignificar lo que enunció desde su mente acorralada:

"Cuando dije estoy cansado, es la verdad… estoy cansado de esto, estoy cansado de esa violencia brutal; lo he vivido, lo tengo todos los días, sí me cimbra, además de que llevaba 40 horas sin dormir’’.

El daño a su credibilidad ya estaba hecho. Se tendrá que ir pronto. Pero la crisis no se detuvo ahí, el domingo Proceso y Aristegui detonaron la investigación sobre "La Casa Blanca de Peña Nieto"; la trama de tráfico de influencias y corrupción organizada demostró que la casa donde vive la pareja presidencial está registrada a nombre de uno de las compañías constructoras beneficiadas con la licitación del tren México-Querétaro, cancelada, sospechosamente, días antes de que la investigación periodística lo mencionara.

Luego luego en Twitter se posicionó #LaCasaBlancadeEPN entre los temas más mencionados, y hoy varios medios alternativos reportan un escándalo más que deja al desnudo el andar del Estado autoritario: el incendio del sábado en la puerta de Palacio Nacional fue una operación de contrainteligencia montada por el Estado Mayor Presidencial. Se les están abriendo muchos hoyos a las cajas chinas del poder al mismo tiempo.

Por lo tanto el histórico #YaMecansé de Murillo Karam, hoy puede transformarse al #Yamelacompliqué, por la revelación del padre Alejandro Solalinde sobre un posible montaje en la detención de la pareja Abarca de Iguala Guerrero. Así lo reportó La Jornada:

El sacerdote Alejandro Solalinde afirmó que a José Luis Abarca Velázquez, ex alcalde de Iguala, Guerrero, “lo encontraron en Veracruz y lo fueron a sembrar a territorio opositor en el Distrito Federal, en Iztapalapa, donde hay tantos electores (es la demarcación más poblada del país). Ahí se subrayó la complicidad del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que había sido tan buena comparsa (en las recientes reformas) del Revolucionario Institucional (PRI), igual que Acción Nacional”.

¿Hasta dónde treparán la escalera de los engaños? ¿Hasta dónde puede llegar una (r)evolución comunicativa tejida en las redes sociales y accionada en las plazas públicas? ¿En realidad se les puede hacer renunciar? ¿Qué sigue si los reclamos continúan y Peña no sacrifica piezas ni se autoinmola? Sigue el 20 de Noviembre, peligroso aniversario para una cúpula política que empieza a sentirse acorralada por la fuerza de la opinión pública nacional y mundial: "vivos se los llevaron y vivos los queremos". Y acá, al contrario del Procurador, la gente no se cansa, aguanta y se levanta.