lunes, agosto 12, 2013

La otra comunicación (era)*

Por: Sergio Brown

Otra comunicación (era) se adelanta en la medio(ósfera). La reconfiguración de los medios masivos y (des) masivos de comunicación en la internet —de lo vertical horizontal a las espirales—, es un adelanto de lo que vendrá culturalmente en el postneoliberalismo. En los últimos años pasamos de los medios alternativos a los medios alternativa (real de comunicación). Los medios en red tienen independencia editorial, producen contenido propio o replican a los medios tradicionales “editorializados”: la escritura sobre escritura que se convierte en viral.

Facebook, Twitter, Google, Youtube y Blogger son compañías privadas y de todo lo que escribimos y publicamos, si les sirve para obtener ganancias, lucrarán con ello. Y eso no les quita su potencial de comunicación alterada. Sobre el poder de las corporaciones en internet, mencionó hace poco Julian Assange de Wikileaks: “Internet es la más grande máquina de espionaje de la historia”. Y se demostró su dicho con las filtraciones de Edward Snowden (exempleado de la CIA) sobre el megaespionaje del gobierno de Barack Obama a los estadounidenses y demás ciudadanos del mundo.

Los medios tradicionales —como la palabra lo dice— dejaron de estar en medio del poder y la gente; se volvieron “parte” y renunciaron a lo que su nombre indica. Estar “en medio”: ser justo equilibrio. No entregarse al poder ni a su lado opuesto, el pueblo. La gente. Todos. Entonces ese vacío del “medio” por miedo (a la verdad), la opinión de muchos sumada, lo llenó en red(es) social(es).

La internet le otorgó visibilidad a miles de “Yo’s” capaces de argumentar y de tener un pensamiento crítico al poder y al sistema, y que los medios tradicionales nunca tomarían en cuenta. Ahora esa otra “masa viva”, multiforme y multidireccional, llamada los tuiteros, los Feisbuk-Eros o las “redes sociales”, generan la “nota”. Son la opinión (post)pública haciéndose, re-haciéndose, dialogando y debatiendo entre miles de personas en distintos espacios-tiempos. Ese es su poder, y lo que pone a temblar al Poder: que todos esos juntos se pongan de acuerdo para despedir al gobierno.

Las redes amplían el consumo cultural mediante inter-net (la realidad virtual) y extra-net (la realidad material), y en el cruce de esas dos vías del adentro y afuera se intercambian películas, discos, fragmentos de textos, chistes, memes, citas y fotos ante la mirada y teclado de miles o millones que observan suceder lo mismo desde los multi-lugares del conocimiento. Y ante tantos ojos simultáneos, el autoritarismo la piensa dos veces antes de soltar el toletazo que le puede dar la vuelta al mundo por las (red)es en segundos. Las telarañas red atrapan y secan a las moscas. 

La interacción invisible: like o no like… ¿es esa la cuestión? El Facebook es multiterritorial. Una red mental que, interactúe o no en los MUROS, está ahí, latiendo. Te gusten o no los ‘posts’ de tus contactos, están contigo en donde estés “scroll” abajo, y los captas consciente e inconscientemente. El cerebro, grabadora total, registra las fotos, la “cabeza” de la noticia publicada, las primeras palabras del poema, los platillos que preparan, las bebidas que disfrutan, los perritos atropellados. Todo. La vida hologramática de los conectados/desconectados. Los presentes ausentes. Virtuales y totales.

Y como “la Fuerza” de La Guerra de las Galaxias, el internet y las redes también tienen su lado oscuro. El que se está develando ahora es la más grande ventana a la exterioridad e interioridad social e individual. Ahí están todos los contactos e interacciones; las fotos de los álbumes familiares, la comunicación privada. Las “huellas digitales”, los horarios de conexión, etc. Todo lo que puede ser considerado el carácter de la persona. Todo eso que San Google-berg sabe, lee y escucha sin que te des (o te des) cuenta. Así la paradoja: nos podemos comunicar entre muchos, pero nos pueden leer a todos.

Publicado en B1+4.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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