Pero ayer, anunciaron los medios mundiales, David Petraeus director de la CIA renunció a su cargo no por crímenes de guerra o de lesa humanidad, no, renunció por serle infiel a su esposa:
Un comportamiento semejante es inaceptable tanto para un marido como para el líder de una organización como la nuestra.
El extraño moralismo estadunidense, castiga una infidelidad y premia la muerte.
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