Se cumplió lo ya sabido: AMLO se separa de las
máquinas burocráticas de los partidos tradicionales y convoca a la
posible formación de MORENA como partido, pero en lo "no sabido" creo,
se quedó corto: al no llamar de manera directa a las acciones
contundentes en contra de la imposición (¿una desobediencia civil que no
daña a terceros?), indica que en el corto plazo ve ya consumada la
asunción de su "Alteza copeteadísima" a la Presidencia, y decide replegarse para
organizar la resistencia "institucionalizada" a mediano y largo plazo
ante el amenazante retorno del viejísimo PRI.
La desobediencia civil, por
definición –contrario a lo que propuso AMLO– daña a terceros: es no obedecer una
forma de vida social injusta, impuesta por una minoría en el poder. Henry David Thoreau, el creador del
concepto, fue a la cárcel porque dejó de pagar impuestos como una forma
de manifestarse en contra del gobierno estadounidense por su
guerra contra México. Razonó: es injusto pagar impuestos que sirven para que un Estado poderoso, mande soldados a matar a ciudadanos de otro Estado débil. Las acciones de desobediencia civil "dañan a terceros" sin violencia, pero son tan poderosas en su causa que son entendidas como justas y necesarias por la mayoría del conjunto social.
Al no proponer AMLO un movimiento
de fuerza civil contra la imposición, más enérgico que propusiera la
idea de no "dejar" que Enrique Peña Nieto llegara a la Presidencia (aunque se
perdiera en el intento, se ritualizaría el caos psíquico que resulta de un fraude electoral) a pesar de ser siempre el movimiento obradorista un movimiento pacífico, mucha gente que ya no tiene para donde hacerse ante un
segundo Golpe de Estado electoral, podría ver las acciones violentas como la única salida al neoliberalismo
(ya tenemos una guerra con más de 65 mil mexicanos muertos). Lo que significaría más caos y destrucción. Una paradoja al fin, porque sacar la gente a la calle quizá pudiera ser carnada para desatar la represión de Estado.
Significativo que la primera mención de
agradecimiento a las "personalidades" en el discurso de AMLO haya sido
el oligarca Alfonso Romo. El más crítico de ellos a los "plantones" y a
los "Noroñas", es decir, a las acciones de desobediencia civil que dañen a terceros. AMLO intentó ser un "poquito" pragmático en el
2012, y se acercó a un oligarca como Romo para mandarles señales de paz a los empresarios
de arriba: que su política económica era "capitalista" pero con sentido
social, que no "privatizaría" como la derecha asustó a las clases
medias altas en el 2006, pero de eso a que Romo sea un
referente de la democracia o de la ideología de izquierda o un "motor"
incansable de la lucha social, pues no. Ese fue un ajuste ideológico en la estrategia de AMLO en la campaña que no podemos olvidar.
La diferencia entre AMLO el estratega del 2006
y el 2012, es un país violentado por una estrategia de Estado: más de 65
mil mexicanos muertos, más de 100 mil desaparecidos, comunidades
enteras desoladas, el país retenizado, las policías militarizadas y con
armamento de alto impacto, agencias estadunidenses actuando a sus anchas
y un general Naranjo. Es decir, la transición pactada entre Calderón y
Peña Nieto también incluía un "seguro" policiaco y militar anti-protestas y manifestaciones. A ese factor de violencia
simbólica generalizada se atiene la prudencia de la estrategia postAMLO 2012.
En 1988 la "plaza" le pedía al ingeniero
Cárdenas la toma de Palacio Nacional. Darle un portazo al fraude y
ponerle un alto al PRI, y Cárdenas dijo no. Decidió crear un partido.
Años después se supo que el "Cuate" negoció en lo oscurito con Salinas
de Gortari, y años después terminó siendo jefe de Gobierno del DF. ¿El
error histórico devino en su falta de decisión para tomar palacio, o en
negociar con Salinas? La historia arrojó una estadística fría: –fueron
asesinados más de 500 perredistas en el salinato–.
Ya están las líneas trazadas de la política, es la hora de la sociedad que organizada debe
cuestionar el neoliberalismo desde todos los ángulos. Algo o casi todo está
jodido porque no podemos estar de acuerdo con un sistema que produce
tanta hambre e injusticia, y que se alimenta de la ignorancia de millones de pobres que ha producido para seguir ahí, sosteniendo las
estructuras de un proyecto viejo, caduco y sin igualdad. Es la hora quizá de entender que la desobediencia individual a fondo, sumada a las otras desobediencias sociales logrará –más temprano que tarde– la cuarta transformación de México.
lunes, septiembre 10, 2012
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Contra(comunicado):
Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.
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Huracán: La política secreta neoliberal
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