Un sexenio después y más de 65 mil mexicanos muertos, un ministro de la Suprema Corta dice hoy lo que se dijo desde que el Usurpador inició su guerra contra México: la presencia en las calles del Ejército Mexicano y sus labores en la Seguridad Pública son inconstitucionales.
Cuando la certeza jurídica llega demasiado tarde, ya se cumplieron las órdenes de los que Presidente Ilegítimo impusieron: guerra, muerte y destrucción física de decenas de miles, y terror psicológico de millones de mexicanos.
Las vergüenzas históricas al final del calderonato se acumulan: algo muy jodido está por develarse. Y se le llamará con el tiempo 'dictadura'.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario