La dictadura del neoliberalismo y la guerra del miedo. México en el contexto de la lucha mundial por los energéticos

Huracán Brown y Charlynne Curiel

Primera escena
2 de Julio de 2006 Ciudad de México. 11.45 pm. El Consejero Presidente del Instituto
Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde, emite un mensaje a la nación: “El comité técnico
asesor ha informado que no es posible determinar dentro de los márgenes científicos
establecidos para el conteo rápido al partido o coalición que haya obtenido el mayor
porcentaje de la votación emitida…el margen de diferencia entre el primero y segundo
lugar es muy estrecho y por lo tanto no es posible anunciar en este momento a un
candidato ganador”. Con estas palabras se inició el operativo mediático para hacer
invisible el fraude contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador
(AMLO). Fue un golpe de estado “electoral” que inició así la siguiente batalla.

Después de cinco meses de conflicto post-electoral protagonizado por AMLO y el
movimiento de La Resistencia Civil Pacífica, el 1 de diciembre, Felipe Calderón
Hinojosa, del Partido Acción Nacional (PAN), en medio de la inconformidad y la duda
sobre su legitimidad, toma posesión de la presidencia en 3.36 minutos y se retira del
congreso de la unión entre expresiones de reprobación y rechiflas.

1. Noviembre de 2003
Jeffrey Davidow, ex embajador de Estados Unidos en México entrevista en San Diego,
California al recién nombrado Secretario de Energía Felipe Calderón Hinojosa en
el foro “Encuentros” financiado por The Rainhart Foundation e IGASAMEX. En
esta conversación Felipe Calderón sostiene en varias ocasiones que, no obstante la
Constitución Mexicana no permite la inversión privada en energía, es urgente hacer
crecer el sector y para eso se debe permitir que la inversión llegue de “otras fuentes”,
además del propio gobierno. En esta entrevista Felipe Calderón expresa su aprobación
y simpatía por la agenda de las empresas transnacionales interesadas en la explotación
del petróleo mexicano (SEMPRA Energy, Grupo Halliburton). Expresa también
sus intenciones para modificar la legislación y manifiesta el nivel de interlocución
y negociación que ya estaba estableciendo con los representantes de la agenda
estadunidense. Se empieza a erigir como el candidato presidencial viable y perfecto para
cumplir con el proyecto de intervención extranjera que violentaría dramáticamente la
soberanía nacional.

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