"La ambición le ganó otra vez. Y el priista
Felipe Enríquez decidió buscar la Alcaldía de Monterrey arrastrando un
pesado lastre de propiedades y fortuna que no puede explicar.
Inoportuno lastre, porque con su candidatura por la capital regia también obliga a su compadre Enrique Peña Nieto a llevar a cuestas la pesada carga.
Pesada fortuna que empezó con Isla Blanca, al norte de Cancún, siguió con Ucú, al poniente de Mérida, y ahora abre otro capítulo de tráfico de influencias en Tulum, Quintana Roo, donde su cuñado y prestanombres en Isla Blanca es socio.
Inoportuno lastre, porque con su candidatura por la capital regia también obliga a su compadre Enrique Peña Nieto a llevar a cuestas la pesada carga.
Pesada fortuna que empezó con Isla Blanca, al norte de Cancún, siguió con Ucú, al poniente de Mérida, y ahora abre otro capítulo de tráfico de influencias en Tulum, Quintana Roo, donde su cuñado y prestanombres en Isla Blanca es socio.
Tierras todas con litigios ejidales. Claro, sin contar su mansión en El Renacimiento, exclusivo sector de Monterrey. Su yate que desapareció de Cancún y terminó varado en una playa de Florida. O su avión privado Hawker 700 matrícula XA-BYP.
Y es que Felipe Enríquez solamente puede explicar su fortuna familiar por el tráfico de influencias y por su compadrazgo con el candidato presidencial Enrique Peña Nieto.
O su compadrazgo con la gobernadora de Yucatán Ivonne Ortega, con el ex gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández, o con el ex gobernador de Quintana Roo Félix González Canto."
En Reporte Índigo.
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