"El New York Times del 6 de agosto publicó un reportaje de Ginger Thompson sobre la decisión de Estados Unidos de ampliar su papel
(sic) en la guerra al narco en México, ¿alentados porque con solo un voto en contra, la Comisión de Defensa del Senado mexicano cometió el error histórico de aprobar, en lo general
, el uso de los militares en tareas de seguridad pública
? El NYT cubre asuntos de máxima sensibilidad, como que (textual): Funcionarios en ambos lados de la frontera dicen que se han diseñado nuevos métodos para dar la vuelta a las leyes mexicanas que prohiben que fuerzas militares y policiales extranjeras operen en territorio mexicano...
Quien ocupa Los Pinos, que según el diario pactó con Obama esta ampliación
, es algo más que entreguista
. Es un más
, grave en lo jurídico y constitucional. Además se nos detalla que para dar la vuelta
a nuestras leyes, se recurre al ingreso al país (como en Afganistán) de mercenarios que operan como contratistas
desde firmas de seguridad
de Estados Unidos, de horrenda fama mundial por atrocidades contra la población. ¿Desde cuándo operan aquí?"
John Saxe-Fernández en La Jornada.
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