Los irresponsables

El periodismo, en un estado equilibrio, es la intermediación entre la ciudadanía y el poder. Lo que está (en)medio, la lanza implacable de la verdad pública, que mantiene al cuerpo gubernamental en la raya de lo justo y lo responsable. (In)forma. Un periodista, por definición, siempre está con la vista, lanza y escritura, enfocando los atropellos, errores y excesos del poder. Por eso, a quien defiende a los oligarcas y a los que ejercen el control visible e invisible sobre la sociedad, se les llama 'voceros'. No periodistas. Y desafortunadamente en México, abundan los 'voceros' y no los periodistas.

Por eso, es una regresión para el periodismo y para el equilibrio de las fuerzas sociales, el arrodillamiento y función de escudos encubiertos de los voceros de La República de la Televisión ante el brillo del poder. Las plegarias a los dominadores de experiodistas como Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Héctor Aguilar Camín, Denise Dreser y un largo etcétera, tendrán que ser analizados e investigados de manera cíclica en las escuelas de comunicación y periodismo, como la más grande derrota y separación entre el periodismo como 'medio' entre el poder y la ciudadanía. Los 'voceros' son cien por ciento Palacio, cien por ciento PODER. Y eso, para poder regresar a la función de 'medio' del periodismo, no puede olvidarse nunca jamás.

El poder de engaño de los 'voceros', como la vida misma, no será para siempre aquí. La vocería republicana televisiva y el poder que con sus uñas y voces defienden, serán derrotados. Y de esa negra experiencia-engaño de las plañideras del poder, nacerá el periodismo ético del Siglo XXI que México necesita para (r)evolucionar. Para evolucionar. Para crecer. Y así será.