1.-
Los militares no somos ningunos cobardes. No rechazamos el combate. Pedimos al Congreso aprobar reformas en materia de seguridad nacional para que los miembros de las fuerzas armadas tengamos garantías al actuar en las calles. Nada más, pero nada menos
2.-
A partir de que los soldados son adiestrados de manera distinta a los policías y su preparación es para el ataque y no para la disuasión, como ocurre con éstos, ha planteado al Congreso y al presidente Felipe Calderón mantener el fuero militar, porque no se puede juzgar a un integrante de las fuerzas armadas como se juzga a cualquier policía.
3.-
dar valor probatorio a las investigaciones de inteligencia realizadas por el Ejército para que se combata la corrupción en los círculos gubernamentales y, en caso de detectar ilícitos de este tipo, los responsables sean castigados sin importar si se trata de gobernadores o secretarios de Estado, por ejemplo
4.- “Lo que sí queremos es que exista una ley que nos otorgue las facultades para estar en las calles, no sólo la resolución de la SCJN. [...] “Y esto podría llegar al extremo de que el día que entre un nuevo presidente de la República, varios generales se vieran sometidos a consejo de guerra si el poder civil considera que violaron la ley. Podrían aducir: ustedes que se dicen tan respetuosos de la ley, ¿bajo cuál salieron a las calles si saben que constitucionalmente no pueden hacerlo?
5.- “En estos momentos hay mucha sensibilidad. La gente tiene que entender que a nosotros nos adiestran de forma diferente a los policías. Nuestros objetivos son distintos. Nosotros estamos listos para el ataque, no para la disuasión. ¿Nos explicamos? “Por eso es tan riesgoso tener a las tropas en la calle. ¿Pero cómo vas a actuar cuando tu presidente, el comandante supremo, saca al Ejército sin ninguna garantía?
6.- “Lo que dicen muchos generales es: combatamos primero con la misma fuerza de fuego y luego con la misma reacción, porque no puede ser que te tiren con un lanzacohetes y tú respondas con flores por aquello de los derechos humanos."
8.- “La tropa está acostumbrada a obedecer, si se le dice combate; es lo que hace, combate."
9.- “También, en esa línea, el general secretario Galván ha dicho al presidente Calderón y a los legisladores: la capacidad de fuego del crimen es 500, la del Ejercito de 100."
En el desierto informativo de La República de la Televisión el periodismo es agua que salva. La entrevista del "grupo de generales" con Gustavo Castillo García en La Jornada, arroja la información ausente de una de las partes en guerra: "patrullajes militares sí, pero con impunidad eterna."
Por deducción: los militares que tengan bajo su responsabilidad la Seguridad Pública de un Municipio o Estado no intentarán "disuadir" el delito y sí "atacar" a los delincuentes. Resultado: una espiral de conflictos. El que disuade, previene el delito; el que ataca el delito provoca el (a)salto. Y se vuelve un círculo coercitivo. El militarismo –por definición– mantiene su energía vital de la inseguridad y la violencia. Su victoria es la acumulación de bajas. Su victoria es la generalización de la muerte. El militarismo es la última de las respuestas del Estado a su autodestrucción.
¿Entonces qué tipo de mente e ideología privilegia tener militares como encargado de la Seguridad Pública? La extremaderecha, la oligarquía –el gobierno de unos pocos que tienen todo– busca el control total de la sociedad, mediante un Estado Coercitivo, mediante el desorden provocado que impone un caos como solución. La extremaderecha es crimen y castigo. El exclusivo terreno de la sombra. La extremaderecha es el infernal canto impuesto: yo soy el orden y el caos.
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