martes, abril 13, 2010

Impunidad. No señor.

En la 'guerra contra el narco' el Ejército Mexicano ha tenido un error de comunicación tras otro. Ayer, en reunión con el Gabinete de Seguridad en el Senado, el Secretario Ilegítimo de la Defensa, General Guillermo Galván Galván dijo que las muertes de civiles –el asesinato de niños en los retenes militares– son "daños colaterales". Un término militar para (re)nombrar los crímenes de Estado, para (re)nombrar la guerra psicológica de alta/baja intensidad en contra de la población civil. Daño colateral se le llama a la masacre selectiva de la población para infundir miedo colectivo al poder militar.

La reunión con los Senadores (ese grupúsculo al servicio de la oligarquía) también tuvo un tufo de chantaje: "Ya tengo resistencias de generales a participar en el combate al narcotráfico, porque carecemos de protección", dijo Galván Galván. Desde hace meses, la cúpula militar está presionando a la clase política que asaltó el poder en el 2006, a modificar la ley para seguir engarzados en la lucha contra el "narco". Impunidad a cambio de su ilegal e intimidante andar por el espacio público de México. La relación políticos y militares en el tiempo de la usurpación es simbiótica: uno se alimenta del otro. La impunidad militar resguarda la impunidad política.

La afrenta pública del Secretario Ilegítimo de la Defensa al poder civil se hizo manifiesta cuando el General Galván Galván declaró sin freno: "El ejército debe permanecer 10 años en las calles". Es decir, amenazante, está decidiendo apriori una estrategia transexenal, sin importarle lo que decidan los mexicanos en las urnas en el 2012. Es la declaración del poder militar que privilegia una guerra particular por encima de los intereses del pueblo. Es el argumento impositivo de las armas de fuego. El simple y temerario: 'bota y fusil matan voto y matan todo'.

Pobre Ejército aquel que no responde a los intereses del pueblo, y sin decoro se somete a los intereses político-económicos de la oligarquía y los grupos de poder hertziano, como está sucediendo en México. La función primordial del ejército, defender la soberanía y el territorio nacional, está triturada por las llantas del Hummer de la maquinaria bélica extranjera. Por la verticalidad, por la predeterminación de un estado de guerra planeado en Washington, sin pensar en la paz que reclaman los mexicanos que ya no soportan la programación bélica del Estado (des)fallecido. Y todo por un capricho de 0.56 por ciento.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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