Carta a los cuatro vientos

Ni un muerto más. Ya. No más. Es suficiente. México necesita sanidad, libertad y hacer valer la Democracia o el Estado (des)fallecido dejará de respirar para siempre. Estamos en un límite de fragilidad, como pueblo y como territorio libre y soberano. Mexicanos de todas las ideologías, de todos los pensamientos, es la hora de hacer conciencia y recuperar nuestro país. Vivimos oprimidos, con miedo. Militarizados. Retenizados. Enrejados. En pua(dos). Torturados. Ni un mexicano debe morir ya, de ningún bando de ninguna parte, de ninguna policía, de ningún Ejército. Es hora de reconocerlo: la inseguridad no se resolverá con armas porque las balas no se comen.

Felipe Calderón se tiene que ir porque ya existe la evidencia periodística suficiente para probarlo: no ganó las elecciones, es un Usurpador que utilizó el Gobierno para beneficio de él, su familia y sus compas. Tal cual. Con una Comisión de 'Periodistas por la verdad' que aportara las evidencias de corrupción sobre "Felipe Calderón" y sus amigos, caería la máscara definitiva. Felipe Calderón nos tiene que dejar en paz. Es la hora de pedirlo. Con una salida política de altura. Con las mejores mentes de nuestro país operando para una transición política sana, profunda, de raíz.

Felipe Calderón, el administrador de la 'Empresa-Estado' tiene que ser despedido con las pruebas periodísticas en la mano. Los mexicanos somos la energía que constituye La República y tenemos que aceptar que vivir así no es vivir. Los Usurpadores no pudieron legitimarze a la mala como decidieron. La solución pacífica era sencilla y barata: "voto por voto, casilla por casilla" y lo desecharon porque saben, a la perfección, que cometieron un fraude y engañaron al pueblo televisivo de México. Si la banda del automóvil gris se queda con el país, de aquí al 2012, lo van a terminar de vender. El Neosantaanismo es feroz con la población y sumiso ante el Imperio.

El límite de violencia que vivimos está afectando las estructuras familiares a niveles irreparables: el tejido social mexicano se murió. El Neoliberalismo ya está tronado y es hora de pedirlo de manera directa: devuelvan lo que no les pertenece. Es la hora de pensar en la refundación de La República, constituida con mujeres y hombres libres, que piensen la transformación de México como un bien común, y no como vía de ingresos económicos o de poder como Los Usurpadores.

El Presidente del Empleo se convirtió en el Presidente del Terror. Por la paz y el destino de México, Calderón debe renunciar ya. El país está 'traumado', en estado de Shock. Ya es hora de que México sea un pueblo feliz. No una nube de miedo, no una frecuencia nacional de terror. Es la hora de pedir lo justo: que regresen lo que no es suyo. Que se acabe la guerra y nos dejen en paz. Es la hora de abandonar la mediocridad y alcanzar estados superiores de conciencia. No hay mañana: es una emergencia.