Ni uno más

"Durante el gobierno de Felipe Calderón han sido ejecutadas 18 mil 60 personas, de las cuales mil 254 desempeñaban funciones de seguridad pública y combate al narcotráfico. La mayoría de éstas eran policías municipales, ministeriales o estatales, según informes de la Procuraduría General de la República (PGR)." publicó hoy La Jornada.

Así define 'genocidio' el diccinario de la Real Academia Española: "Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad." Es genocidio es lo que está sucediendo en México. 'La guerra contra el narco' de Felipe Calderón es la destrucción de las últimas capas de una sociedad quebrada por el neoliberalismo. La guerra contra el narco es la limpieza de los saldos rojos del proyecto neoliberal: la pobreza y el desempleo.

Luis Javier Garrido en su artículo de los viernes en La Jornada, construye el marco histórico de la hiperdescomposición:

"El gobierno espurio de Felipe Calderón ha cumplido cabalmente con el cometido central que contrajo con los poderes trasnacionales al ser impuesto por la vía del fraude en 2006, y que fue el de crear un escenario de violencia criminal y de autoritarismo en el país a fin de acelerar el desmantelamiento del Estado nacional y de favorecer el control estratégico del territorio mexicano por las agencias de Estados Unidos y el apoderamiento de los recursos estratégicos de México por las multinacionales, pero ello ha llegado a su límite."

Cada mexicano que cae en la sórdida guerra para legitimar a Calderón es una víctima del Estado Neoliberal, el proyecto entreguista que encabeza –en la luz y en la sombra– el innombrable y maléfico Emperador de Gortari.