miércoles, febrero 17, 2010

La paz

La estabilidad política, social, económica y emotiva de México está colapsada por los tres años del terremoto hertziano que ha dejado saldos irreparables: más de 17,000 mil mexicanos muertos. Es hora de exigirles humanidad a los banqueros, a los empresarios y a sus gerentes políticos para que detengan el período más oscuro de nuestra historia moderna, con una decisión de paz.

Es hora de que renuncien a su extralimitado poder (impuesto desde castillos en Europa), que se tienten el corazón y dejen a los mexicanos que tienen amor y respeto por su país refundarlo y hacer de esta maltrecha estructura una nueva República.

Por las mujeres, los hombres, los ancianos, los jóvenes, los niños, los gays, los mineros, los electricistas, los campesinos, los estudiantes, los indígenas, los intelectuales, los liberales, los científicos, los maestros, los comerciantes, los izquierdistas, los derechistas, los de centro, por la milenaria historia y por el territorio que habitamos, es hora de pedir la paz.

Es una emergencia. Es la hora de la evolución. Es la hora colectiva para decirle no a la guerra, no a las armas, no a la represión, no a la tortura, no a lo que nos oprime y nos mantiene encerrados en la caja hertziana del miedo. Retenizados. Impactados por el fuego violento de las armas que matan. Después del período de muerte, sordidez y sin razón, el aprendizaje será para todo el siglo: la paz es fruto del bienestar del pueblo. La desigualdad, la opulencia, el poder sin contrapeso, la información sin libertad, el dinero y la avaricia son los avatares del caos.

Para el México del SigloXXI, las herramientas de la paz en movimiento serán la luz, la verdad y el conocimiento. Es la hora de refundarnos y hacer valer nuestra herencia milenaria. Por lo que fuimos, somos y seremos: la paz.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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