viernes, enero 08, 2010

Los milicianos de la mentira

"En él, la ficción y la realidad eran la misma cosa."
En El Soldadito de Jean Luc Godard.

La propaganda con disfraz de periodismo corre tinta para alarmar y sirve a la confusión esparcida por el viento del poder. Un periodista que no representa a la sociedad ante la violencia institucional del Estado y ante los poderes de lo imperceptible, no es periodista, es un 'Hombre de Estado'. El periodismo que actúa bajo los deseos de las élites y no del pueblo –la suma de todas las sociedades–, es buró, es tinta chorreante, es la mentira que corta.

Lo que los voceros de La República de la Televisión hicieron fue un atentado terrorista en contra de la mente colectiva y la historia de México: encubrieron el fraude electoral del 2006 con parálisis y miedo, favorecieron el linchamiento contra la izquierda, emergió el tiempo mediático del pensamiento único y México se volvió (dicta)dura. El Imperio Televisivo dicta lo que se puede decir (su sistema de consignas) y ante el mundo simula un México libre, la realidad es otra: en la televisión, los voceros del Imperio critican (risas grabadas) al Imperio y todos se salvan.

La República de la Televisión es un régimen de salva: su triunfo electoral es falso, sus funcionarios son falsos, sus periodistas son falsos, y (cada vez más rotos), sostienen la (dicta)dura criticándose sana y moderadamente. Los voceros de La República de la Televisión son los escudos, los secretarios y las voces del peor gobierno que ha tenido México –y se aplauden entre ellos–.

Un periodismo que escucha al poder y no a los lectores, que no critica al 'sistema de consignas del poder', es un periodismo que sirve a la dominación de 'todos los hombres' por unos cuantos hombres.

Los milicianos de la mentira favorecen al poder a cambio de beneficios simbólicos, o económicos. El periodismo del 'pago para que me alabes' está destinado al fracaso, porque aunque la 'empresa periodística vendida' se vista de seda, vendida se queda.

Los milicianos de la mentira saben lo que hicieron, lo que están haciendo, y sin embargo, lo están haciendo.

Por el fin de las mentiras, la verdad.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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