"Apresuremos la llegada de ese día radiante en que caiga para siempre la tiranía y surja la esperada democracia con todos los esplendores de un astro que jamás dejará de brillar en el horizonte sereno de la patria”.
Ricardo Flores Magón
A tres años de fundado el Gobierno Legítimo de México, ayer, en el corazón político de México, Andrés Manuel López Obrador anunció que Ignacio Marván, Luciano Concheiro, Rogelio Ramírez de la O, Héctor Díaz Polanco, José María Pérez Gay, Víctor Manuel Toledo y Bolívar Echeverría, actualizarán –al entorno de crisis que vivimos–, el Proyecto Alternativo de Nación, con miras al año del cerca y el lejos: el 2012.
Estos son las diez vertebras temáticas que mencionó ayer Andrés Manuel López Obrador en el corazón político de México:
1. Rescatar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo y de la nación. Reitero mi convicción esencial: El Estado se encuentra secuestrado por una minoría y ésta es la causa principal del desastre nacional. En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa. Hay poderes constitucionales pero, en los hechos, un grupo ha confiscado todos los poderes. Por eso, lo primero debe ser recuperar democráticamente al Estado y una vez logrado este propósito, reintegrar las riquezas y los bienes públicos que han sido entregados o concesionados ilegalmente, a través de reglamentos o leyes secundarias que en ningún caso pueden estar por encima del principio constitucional que señala el dominio directo de la nación sobre los recursos naturales del país. Este procedimiento debe aplicarse fundamentalmente en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo.
2. Democratizar los medios masivos de comunicación. Es inaceptable que un pequeño grupo posea el control de la televisión y de la radio, y administren la ignorancia en el país en función de sus intereses. Que quede claro: no hablamos de expropiación, sino de que el Estado cumpla el mandato constitucional de garantizar el derecho a la información. Para ello no hace falta eliminar el régimen de concesiones, ni crear una excesiva reglamentación y muchos menos optar por la censura, lo más eficaz es lograr la democratización de los medios, evitando el monopolio y auspiciando la libre competencia. Para ser más claros: Que hayan todos los canales de televisión o estaciones de radio que sean técnicamente posibles, con absoluta libertad, sólo impidiendo que se concentren en unas cuantas manos como sucede actualmente.
3. Crear una nueva economía. Hay que cambiar la actual política económica que ni en términos cuantitativos ha dado resultados. México es uno de los países del mundo con menos crecimiento en los últimos años. La nueva política económica debe ser conducida por el Estado. Debe impedirse la injerencia de gobiernos extranjeros y de organismos financieros internacionales. El Estado debe recuperar su facultad para planear el desarrollo de acuerdo con el interés nacional. Hay que hacer a un lado la especulación financiera y enfocar todos nuestros esfuerzos a la economía real, a trabajar y producir los bienes que necesitamos. Sin producción no hay empleos, industrias, consumo, mercado, bienestar colectivo, ni economía poderosa, ni nación soberana.
4. Combatir las prácticas monopólicas. El artículo 28 de la Constitución prohíbe los monopolios y el Estado debe garantizar que esta norma se cumpla porque hoy es letra muerta. En México hay grandes monopolios vinculados al poder que encarecen bienes y servicios, dañando la economía de sectores populares y de las clases medias, a pequeños y medianos productores, empresarios y comerciantes, que se ven obligados a comprar insumos a precios exagerados.
5. Abolir los privilegios fiscales. En los últimos días, se confirmó lo que hemos venido sosteniendo: desde la época de Luis Echeverría se celebró un pacto secreto entre el poder político y el poder económico que se ha ampliado y ratificado sexenio tras sexenio. El acuerdo consiste en conceder a los grandes empresarios y banqueros, el privilegio de no pagar o de devolverles los impuestos. Inclusive, hace unos días Calderón tuvo que reconocerlo cuando dijo que “las empresas que más ganan, rara vez, muy rara vez, pagan impuestos”.
6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana. Es necesario cambiar la forma de hacer política. Este noble oficio se ha pervertido por completo. Hoy la política es sinónimo de engaño, arreglos cupulares y corrupción. Por eso es urgente darle un nuevo sentido al quehacer político, imprimiéndole convicciones y principios. Quienes se dediquen a esta actividad deben entender que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás.
7. Fortalecer al sector energético. Es urgente detener la terrible crisis que se avecina por la caída en la producción petrolera y la salida de divisas para comprar gasolinas y otros derivados en el extranjero. El manejo de Pemex, como hemos venido insistiendo, se ha caracterizado por el vandalismo y la irracionalidad. Hay que limpiar a Pemex de corrupción. No es posible que se sigan otorgando contratos millonarios sólo en beneficio de empresas extranjeras y de políticos corruptos. Tal es el caso de proyectos como los de la Cuenca de Burgos o de Chicontepec, donde no se ha logrado producir más gas ni más petróleo, pero sí se ha causado un gran daño al patrimonio nacional.
[...]
Es urgente recuperar la administración de Pemex, invertir en exploración e iniciar de inmediato la construcción de tres grandes refinerías para dejar de importar el 40 por ciento de las gasolinas que consumimos. El objetivo principal debe ser industrializar la materia prima y ya no vender ni un solo barril de petróleo crudo al extranjero, para generar empleos y utilidades en beneficio de los mexicanos.
8. Alcanzar la soberanía alimentaria. Desde 1983 se dejó sin apoyo al sector agropecuario y se optó absurdamente por comprar los alimentos que consumimos en el exterior. Ahora, en consecuencia, hay tierras ociosas, potreros abandonados, se ha despoblado el medio rural y millones de mexicanos han tenido que emigrar. Este año para la compra de alimentos en el extranjero, se destinarán 16 mil millones de dólares. La mayor parte es maíz, frijol, arroz, leche, carne de res, de cerdo y desechos de pollo, que podríamos producir en el país. Asimismo, debe fortalecerse la agricultura de autoconsumo de la que dependen millones de indígenas y campesinos pobres. Además, es donde se conservan semillas orgánicas y variedades de maíz que forman parte de la gran riqueza genética de México. No al maíz transgénico.
9. Establecer el Estado de bienestar. Hay que proteger a los pobres, a los débiles y olvidados ante la desigualdad social, la incertidumbre económica y otras calamidades. Debe garantizarse el derecho a la educación, al trabajo, a la salud, a la alimentación y a la vivienda. Es necesario seguir insistiendo hasta lograr la pensión universal para los adultos mayores del país; el otorgamiento de becas a todos los discapacitados pobres; y la atención médica y los medicamentos gratuitos para la mitad de los mexicanos que no cuentan con seguridad social. La solidaridad con los desposeídos no sólo es un asunto de justicia, es la manera más eficaz, más humana y más barata para garantizar la tranquilidad y la seguridad pública. Por eso reiteramos que por el bien de todos, primero los pobres.
10. Promover una nueva corriente de pensamiento. La transformación que necesita el país no sólo debe tener como propósito alcanzar el crecimiento económico, la democracia, el desarrollo y el bienestar. Implica también y sobre todo, cristalizar una nueva corriente de pensamiento sustentada en la cultura de nuestro pueblo, en su vocación de trabajo y en su inmensa bondad; añadiendo valores como el de la tolerancia, la solidaridad, el respeto a la diversidad y la protección del medio ambiente. Hay que alentar un pensamiento que ayude a impedir el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro, sobre la dignidad, la verdad, la moral y el amor al prójimo.
De los diez puntos mencionados, –el más importante– para alcanzar la Independencia, es la democratización de los medios masivos de comunicación. Aporta claridad al debate público, el pronunciamiento de Andrés Manuel López Obrador: no a la requisa, no a la expropiación, sí a la competencia. Adiós al argumento "Hugo Chávez". Es una solución política, pacífica y digna, a la disputa entre los bandos confrontados: los agraviados por el fraude y los que dinamitaron la ética y la certeza pública. Este es el argumento para reconciliar el odio impuesto por ellos mismos: empresarios, sean congruentes con el capitalismo y alienten la competencia.
Plantear la solución al coflicto del ilimitado poder mediático por "la competencia" es una propuesta que se inserta en el campo que dominan los grandes consorcios comunicativos: el capitalismo, donde se supone, que el Estado estimula la competencia entre los capitalistas para que el consumidor obtenga mejores servicios a mejores precios. Así, si una tercera cadena televisiva, democrática y libre, decide tener en su noticiero nocturno a Carmen Aristegui, será ese canal quien tenga la preferencia del público ávido de consumir un periodismo ético. Y se acabó el problema.
Aquí, otros puntos importantes del discurso que celebró los tres años de Resistencia:
-Ahora tenemos la certeza de que la transición democrática pregonada por la derecha en el 2000 sólo fue una mascarada. Una simple operación de recambio entre los dos partidos de la oligarquía para mantener la misma política de pillaje y continuar con las llamadas reformas estructurales que en esencia significan, el traslado de bienes del pueblo y de la nación a particulares, nacionales y extranjeros.
-En fin, hemos llegado a la conclusión de que hay una mafia en el poder, insaciable, enferma de codicia, dispuesta a imponerse a costa del sufrimiento del pueblo y a conspirar contra la paz pública y la estabilidad social. Y muchos coincidimos que éste es el principal problema de México. Se trata de intereses muy poderosos y no debemos confiarnos. Son siniestros pero no son tontos, tienen estrategias y mantienen a su servicio a una caterva de analistas e intelectuales de derecha.
-Es evidente que Salinas actúa como de jefe de campaña de Peña Nieto y que Televisa lo ha venido proyectando como se introduce al mercado un producto chatarra o como actor de telenovela. Es claro pues que Peña Nieto ya es el candidato de la mafia del poder en México.
-No hay un sólo día en que sus voceros en los medios de comunicación no hablen en contra nuestra. No sólo es el bloqueo informativo o que repitan, una y mil veces, que ya no representamos nada. Es la guerra sucia, la calumnia, las campañas de desprestigio, las vulgaridades, o de plano, el decir que estamos locos.
-¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros? Yo creo que lo más importante es seguir orientando, haciendo conciencia y organizando al pueblo. Que cada quien haga lo que le corresponda y tome la iniciativa. Es el momento de aplicarnos a fondo, de hacer trabajo de convencimiento con vecinos, amigos, familiares y compañeras y compañeros de trabajo. Hay que organizar comités en barrios, colonias, unidades habitacionales y pueblos. Hay que persuadir y hablar con la verdad, decir con toda franqueza que si no hay un cambio verdadero no saldremos adelante.
-Estoy seguro que no volverán a impedir la alegría y la felicidad del pueblo. Los poderosos se imponen con el dinero, el prejuicio racista y clasista, las injusticias, la ilegalidad y la manipulación de muchos medios de comunicación. Nosotros por el contrario, sólo disponemos de lo mero principal: La voluntad de cambio de millones de personas libres y concientes. Tenemos de nuestro lado, y es un honor, a ese sector inmenso del pueblo mexicano que tiene hambre y sed de justicia, como dijo bíblicamente en su tiempo el prócer de la democracia, Don Francisco I. Madero.
lunes, noviembre 23, 2009
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Contra(comunicado):
Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.
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