La derrota de los voceros

A los voceros de La República de la televisión les molesta que a Felipe Calderón se le siga diciendo en la calle, en el metro, en las escuelas, en las plazas públicas y en el parlamento, Espurio o Usurpador. Se inchan de coraje porque esos calificativos "vivos" son la prueba de su derrota. Los voceros monopolizaron los lugares donde se puede hablar para unificar la opinión publicada y controlar la opinión pública. El objetivo de los voceros es que los televidentes que se creyeron la telenovela electoral siguieran en la sombra y que los que tuvieron dudas olvidaran el descomunal fraude del 2 de julio del 2006. Fracasaron rotundamente: Felipe Calderón es calificado por millones de mexicanos como espurio, ilegítimo y usurpador. Robarse una elección presidencial no es "robarle al peje", "robarle al loco", no, fue robarle la decisión y el libre pensamiento a cada uno de los votantes.