miércoles, julio 29, 2009

La ruptura

Por Alfredo Lucero-Montaño

Cuando una autoridad como es el caso de las autoridades culturales en México, y en particular, la presidenta de CONACULTA, Consuelo Sáizar, se acerca a su crisis de legitimidad, se produce, antes de su completa erosión, una ruptura. Una ruptura que es como un relámpago que ilumina la imagen de lo que ha sido, en nuestro caso, el quehacer cultural en la frontera norte (imagen incompleta) y, al mismo tiempo, ilumina la posibilidad para experimentar un nuevo presente (imagen completa). Imagen que corre el riesgo de desvanecerse si los sujetos pertinentes (artistas, escritores, creadores) no se reconocen en ella (identidad entre el sujeto insatisfecho y el objeto deseado), despertándose así una nueva conciencia política. Conciencia que dice al juego autoritario: ¡Ya basta!

Está claro que el punto de ruptura es la publicación de la carta abierta de desacuerdo por el nombramiento de Virgilio Muñoz como director del CECUT --suscrita por un importante sector de la cultura tijuanense, que además recibe el apoyo de artistas y escritores en todo el país--, y el movimiento de protesta que ha originado. Ruptura a partir de la cual la autoridad cultural burocrática ha empezado no sólo a perder legitimidad y reconocimiento, sino que además el ejercicio de su responsabilidad pública se percibe como una reacción de impotencia, que se proyecta en una actitud de negación de la situación cuestionada y de imposición burocrática (renegación). Aquí el enunciado ‘el principio es la negación de lo que comienza con él’, se aplica perfectamente al proceso de decadencia de la autoridad cultural burocrática. Al tiempo.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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