El colibrí voló anunciando el fin de una época, e iniciando el dibujo de una nueva era: el gobierno de la gente –para la gente–. Ese fue el mayor acto de Resistencia Civil Pacífica: El Gobierno Legítimo de México. Durante el recorrido, Andrés Manuel sumó a más de dos millones de mexicanos, que, volando por encima de las convenciones políticas institucionales, y de manera pacífica –con inteligencia, organización y cultura–, resistieron, primero al fraude, después a la privatización del petróleo, y hoy, en defensa de la economía. Así, el colibrí se convirtió en el personaje más público de México. Son millones los ciudadanos que han compartido un instante con él en aeropuertos, carreteras, mercados municipales, plazas públicas, parques y mitines. Es el tambor de la hélice en movimiento.
El colibrí zurdo pasó con su submarino blanco por todo el país mientras los usurpadores le apostaron su poca legitimidad a lo virtual, a lo intangible que es la imagen televisiva de lo que ellos dicen ser. La (re)volución política que llevó al Presidente Legítimo a todos los municipios del país, fue la disputa histórica por la opinión pública, que una vez más, ganará Andrés Manuel López Obrador. Estuvo en todas partes y nunca en la televisión; así fue minando a marcha firme (de poder) la credibilidad de la dictadura simbólica del miedo; así paso a paso se conformó el "espíritu colectivo" que hoy identifica (desde las distintas regiones del país) las mentiras flagrantes del Gobierno Televisivo. A los que dijeron que Andrés Manuel era un peligro para México, les contestó Zygmunt Bauman en Miedo Líquido, La sociedad contemporánea y sus temores:
"Son muchos, en realidad, los modos posibles de sacar partido de las existencias crecientes de miedos que flotan libres, desligados y desenfocados. Uno de esos modos, por ejemplo, es el consistente en obtener legitimidad y aprobación políticas invirtiendo el poderío estatal en declarar la guerra al crimen y, en general, a las alteraciones del "orden público" (una amplia categoría que, en los escenarios modernos líquidos, probablemente no tenga fondo y dé cabida a toda una gama de "otros", desde los "sin techo" que duermen a la intemperie hasta los alumnos que faltan a clase en su escuela)"
Los usurpadores, los que piensan que el pueblo es tonto, creyeron que inyectando miedo subterráneo, corrompiendo el mensaje, y sacando las tanquetas y las ametralladoras a la calle, sería suficiente para vencer al destino. Fracasaron. Andrés Manuel López Obrador es el Presidente Legítimo de México.
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