Los infiltrados

"Quienes pueden renunciar a su libertad esencial para obtener una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad."
Benjamin Franklin

La dictadura simbólica del miedo –utilizando de pretexto la guerra perdida contra el narco y la máscara Calderón Hinojosa– promulgó reformas en materia de justicia y seguridad que de fondo, lesionan la libertad de los mexicanos, siguiendo el estilo del genocida George W. Bush a quién después de la caída de las torres, el congreso estadounidense le aprobó el "acta patriótica" que redujo los derechos y la libertad de los ciudadanos estadounidenses –pueden ser vigilados y grabados en cualquier momento– esgrimiendo como motivo de la (re)gresión la "urgente" necesidad de contar con un mecanismo de defensa ante los futuros ataques del villano virtual Osama Bin Laden y sus "cuarenta ladrones". Así lo explican Ria Novosti y Vladímir Simonov en Red Voltaire:
"el “Acta Patriótica” no sólo legalizó la escucha de las conferencias telefónicas, la intercepción de la correspondencia y los mensajes del correo electrónico y la vigilancia externa, sino también formas más refinadas de intervención en la vida privada, tales como sustracción en secreto de documentos de trabajo e historias clínicas. Los servicios secretos hasta llegaron a ver las tarjetas bibliotecarias de los norteamericanos a fin de saber si leen literatura subversiva. Y todo eso sin autorización judicial."

Como consecuencia tardía del sistema neoliberal en México, Felipe Calderón Hinojosa promulgó su "mini" acta patriótica a (des)tiempo –para no ir contra su mediocridad histórica–. Es un "pasito" más de la ofensiva del Estado Espectáculo en contra de la libertad y la salud mental de los mexicanos. Estos son los cuatro puntos clave de las reformas:
1.- Regula la operación de agentes encubiertos, a quienes se les asignará una clave numérica que sólo conocerán el Procurador General, el secretario de Seguridad Pública federal, el titular de la unidad especial que ordene una investigación y el policía mismo. La ley denomina a esos policías "infiltrados" y se prohibe que en cualquier documento de una investigación aparezca su nombre, domicilio o cualquier otro dato que pudiera servir para identificarlo.

2.- Autorizan a cualquier persona a detener a un presunto criminal en el momento que cometa un delito o inmediatamente después.

3. Otorga la facultad a la autoridad de solicitar por cualquier medio una orden de allanamiento, incluso de manera oral –hasta el momento sólo podía hacerse por escrito–.

4.- Las grabaciones de comunicaciones entre particulares podrán ser aportadas por alguno de los involucrados como pruebas para una investigación o proceso penal.

Las "reformas" en materia de seguridad que publicó Felipe Calderón Hinojosa son una puerta a la impunidad para los infiltrados en cualquier espacio (público y privado) con el pretexto de la guerra contra el narco. Ha surgido el neostalinismo mocho que con el "papelito sucio en la mano" podrá instalar orejas, veneno y micrófonos en universidades, partidos políticos, empresas, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación alternativos y la vida privada de cualquier persona que esté en contra del decadente gobierno usurpador y su policiaca escalera al cielo de las armas, la tortura y la delación.