Las eternas horas

"Gobierno o individuo que entregue los recursos naturales a extranjeros es traidor a la Patria”
Lázaro Cárdenas

Son las horas finales del mandato del genocida y fraudulento George W. Bush en el poder ejecutivo de la maquinaria bélica más destructora del mundo. Las horas que corren son las del cambio retrasado de un siglo a otro. George Bush es la herencia putrefacta del XX: guerras, destrucción, reconstrucción, dominios territoriales, muros y saqueos de los recursos naturales y culturales de los pueblos débiles y las culturas antiguas. Las eternas horas que corren son las de la agonía de la dictadura global del miedo y el eje Estados Unidos, Inglaterra y España; son los vibrantes minutos finales de los títeres –Blair, Bush y Aznar– del poder detrás del poder: el cártel financiero global que controla la economía del caos, las bolsas de valores, los bancos, el petróleo, la lotería y el destino de los pueblos y los procesos productivos prácticamente de todo el mundo.

Con la devastación de Palestina de fondo, los mexicanos hemos sido amenazados por los funcionarios agonizantes del regimen de George W. Bush sobre las "altas posibilidades" de una intervención militar estadounidense en México, poniendo como excusa el deliberado debilitamiento del Estado y cumpliéndose así el vaticinio histórico: un pelele del calado de Antonio López de Santa Anna fue impuesto en la presidencia de la república para entregar al cártel globalizante nuestro petróleo y el control militar de México. El sueño americano es destruirnos para reconstruirnos y volvernos a destruir porque su idea de fondo es el exterminio. Felipe Calderón Hinojosa pasará a la historia como el mexicano más miserable del naciente Siglo XXI por corrupto, simulador, falsario y traidor. Después de que Bush caiga, el pelele se convertirá en un pañuelo, un objeto sucio que tiene como destino perpetuo el basurero de la historia.