La máscara

El subcomandante Marcos arremetió –una vez más– contra Andrés Manuel López Obrador y el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, el organismo político más numeroso y mejor organizado del México contemporáneo –2.4 millones de afiliados–:

“Se nos acusa de ser sectarios e intolerantes, pero, la verdad sea dicha, ningún movimiento en México ha exhibido tal grado de sectarismo, intolerancia e histeria como el que hoy, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, amenaza con salvar a México”.

No hay diferencias entre lo que replica Joaquín López Dóriga y el subcomandante marcos. El principal logro del lopezobradorismo fue frenar la privatización del petróleo aunque el subcomandante decida navegar en la nave del olvido. El "lo sabe" como sabe quién está detrás de Felipe carachueca Hinojosa. La máscara detrás de la máscara. El poder global, la corporación, la monarquía revolcada. A pesar de ello, el subcomandante ha decidido disparar sus balas contra Andrés Manuel López Obrador y millones de mexicanos. Sus razones tendrá. Como estratega militar y especialista en comunicación debe saber las consecuencias. Millones (arriba, en medio y abajo) saben que el verdadero enemigo es el poder detrás del poder –la máscara– y no el pueblo organizado. Arriba, en medio y abajo, millones de mexicanos pretenden paz, dignidad, patria, libertad y justicia.

P.D.
El subcomandante marcos ataca por sectarios e histéricos a los lopezobradoristas y en el mismo encuentro de la digna rabia en La Selva Lacandona, el líder guerrillero tiró pipazos por el historiador Adolfo Gilly ante la lluvia de reclamos:

"Poco antes, al tomar la palabra Adolfo Gilly, personas del público lo imprecaron, incluso con cartulinas, por la oposición que ha expresado a la ocupación del auditorio Che Guevara en la Universidad Nacional Autónoma de México. Gilly reivindicó, enérgicamente, su derecho a expresar su pensamiento".

Y continúa:

"En su participación, el subcomandante Marcos saludó a Gilly como “compañero”, por su “larga historia de lucha del lado de los de abajo”. Los zapatistas, dijo, “lo hemos considerado un hombre de izquierda consecuente, aunque alguna vez, como en lo que se refiere al Okupache, no hayamos estado de acuerdo con sus análisis o posiciones”. Y dijo a los increpadores que no es admisible “faltarnos al respeto que entre compañeros nos debemos”.

Al subcomandante le faltó llevar un espejo.