miércoles, septiembre 17, 2008

La categoría moral de la mentira

En el cine, el guionista debe reflexionar a fondo sobre el sentido de la verosimilitud de la historia, que los personajes y las acciones tengan coherencia interna y externa, y que los factores que desatan los conflictos sean (en)tendibles para el espectador y para la progresión del drama. El "cerebro" de La República de la Televisión siempre deja huecos en sus guiones que minan la verosimilitud de la estrategia comunicativa del gobierno (risas grabadas por lo de gobierno), y de la "macro" historia del miedo.

En el "debate" de la campaña presidencial del 2006, Andrés Manuel López Obrador le asestó un gancho al higado a Felipe Calderón con la (de)nuncia de los jugosos negocios que su cuñado cómodo, Hildebrabdo, hizo al amparo del poder público. El "cerebro" de La República de la Televisión ordenó un guión apócrifo para aminorar el golpe: la negación de la verdad. Éste es el video de aquella --otra-- tomadura de pelo: la categoría moral de la mentira.


"Solo una persona sin categoría moral miente con tanta desfachatez"
Felipe "minimí" Hinojosa.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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