Los grandes pequeños traidores

"No hay enemigo peor que el que trae rostro de amigo."
Juan Ruiz de Alarcón.

Alejandro Encinas se quedó corto al llamar "tonto útil" a Guadalupe Acosta Naranjo. El daño que han causado Los Chuchos al PRD, al Movimiento en defensa del petróleo y a México, es histórico. El "chuchinero" es resultado de la alianza de los pseudoperredistas con Manlio Fabio Beltrones, Felipe Calderón y "magos" que los acompañan. En su afán por dinamitar la Consulta Popular sobre la Reforma Energética, el "actor" Carlos Navarrete suelta una patada de ahogado en la primera plana del Diario Oficial de la Federación (Milenio Diario): "El responsable de que se hayan anulado las elecciones del PRD es Andrés Manuel López Obrador".

Jesús Ortega, el principal muñeco de ventrílocuo del poder y de los privatizadores, pretendía robarse la elección para presidente nacional del PRD mediante alianzas olorosas con los gobernadores Enrique Peña Nieta, Juan Sabines y Ulises Ruiz. Jesús el "ecoloco" Ortega con la "pequeña ayuda de sus amigos", pretendía dar un golpe electoral y sepultar "de facto" al Movimiento en Defensa del Petróleo. Nueva Izquierda violentó el 20 por ciento de los votos de la elección perredista. Todos los vicios de la elección presidencial se repitieron en el golpe chuchista: acarreo de votantes, compra de conciencias, relleno de urnas, falsificación e inflado del padrón, urnas cien por ciento chuchistas y una larga lista de trampas que La República de la Televisión tiene como encomienda ocultar, y peor, desplazar la responsabilidad del "chuchinero" hacia Andrés Manuel López Obrador.

Calderón, al inicio de la usurpación dijo: "rebasaré por la izquierda" a Andrés Manuel López Obrador. Ahora lo sabemos, el "rebase" era la máscara que lo ofrecieron Los Chuchos al presidente usurpador. Antonio López de Santa Anna es el "gran" traidor de la historia de México, Los chuchos, "los pequeños grandes traidores". De las concertasesiones de Santa Anna derivó la pérdida de la mitad del territorio nacional. "Los pequeños grandes traidores" están poniendo en riesgo a la industria energética nacional, la última mitad de México. A dónde vayan, a dónde se paren, en dónde aparezcan habrá que decirles: "Solo pensar en traicionar es ya una traición consumada".