Cárdenas, Tabasco
Miércoles 04 de junio de 2008
Mientras no se modifique la política económica que se viene aplicando desde hace 26 años va a continuar el desempleo, la migración, la carestía y la inseguridad pública. Los tres principales problemas que se están enfrentando actualmente: el aumento en los precios, la inseguridad y la violencia, así como el intento de privatización de la industria petrolera, están estrechamente relacionados y se deben a la actual política económica antipopular y entreguista.
El presidente usurpador en vez de modificar la política económica ha optado por profundizarla y ello está causando y causará, desgraciadamente, más sufrimiento para la mayoría de los mexicanos. Así tenemos que ahora cuando se ha desbordado la inseguridad y la violencia, lo único que se le ocurre es amenazar con el discurso propagandístico de la mano dura; es decir, más policías, más soldados, más cárceles, leyes más severas, condenas más largas, todo lo cual no basta para enfrentar un problema que se ha originado por la desigualdad, la falta de oportunidades de empleo y educación, y por el empobrecimiento de la mayoría del pueblo.
De igual manera ante la carestía en vez de apoyar a los productores nacionales para lograr la autosuficiencia alimentaria, lo que ha propuesto Calderón, de manera absurda, es comprar alimentos y materias primas en el extranjero, lo cual no frenará el aumento de precios y va a significar más abandono al campo y mayor salida de divisas.
En razón de todo lo anterior, hacemos un paréntesis en la lucha por la defensa del petróleo, para exigir que de inmediato se autorice un aumento salarial de emergencia, en razón de lo siguiente:
En tan sólo 18 meses del gobierno usurpador, mientras el salario mínimo ha venido aumentando en 4 por ciento anual, los precios de la mayoría de los productos básicos se han incrementado de manera desproporcionada, por ejemplo: el precio del fríjol ha aumentado en 50 por ciento; el arroz en 140 por ciento; el aceite en 120 por ciento y la tortilla en 60 por ciento.
En suma, la pérdida del poder adquisitivo del salario en 18 meses ha sido del 27.5 por ciento, como tenía años que no se daba en nuestro país.
Aunado al aumento salarial de emergencia debe aplicarse de inmediato un programa de apoyo a los productores de alimentos básicos, mediante el establecimiento de precios de garantía o precios de referencia, que compensen al productor ante el aumento de insumos y del fertilizante que se ha incrementado en más del cien por ciento.
Debe iniciarse de inmediato un plan para alcanzar en el corto plazo la autosuficiencia cuando menos de alimentos como el maíz, el trigo, el arroz, la soya y el fríjol que se están importando en grandes cantidades y cada vez a precios más elevados por la crisis alimentaria en el mundo.
Tengamos presente que casi todos los gobiernos de otros países protegen a sus productores y a los consumidores nacionales. En nuestro país, hay que hacer a un lado la concepción tecnocrática que sataniza los apoyos y los subsidios, y se debe poner por delante el garantizar el derecho de todos los mexicanos a la alimentación. De no modificarse la actual política económica y de continuar Calderón con sus mismas “estrategias”, se agravará la crisis económica y de bienestar social.
Y desde aquí advertimos que si no cambia Calderón sus políticas antipopulares, no sólo lo seguiré llamando espurio, pelele, inepto y mentiroso, sino que le agregaré el calificativo de hambreador del pueblo.
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