El pensamiento radical

Michel Maffesoli. Posmodernidad.



"La bóveda de la catedral gótica se fundamenta sobre la tensión de las piedras, tenemos este equilibrio conflictual en el que no hay bien ni mal, sino qué uso haré de este bien o mal. A esto le he llamado "la tajada del diablo", que para mí es una parte de la sabiduría humana. Tenemos el concepto de Heidegger, distorsión y saneamiento. Tomar cosas antiguas pero no al mismo nivel, eso es lo que lleva al saneamiento del equilibrio.



"Hay que ver sus consecuencias en relación con la socialización. No reducir, sino sacar a flote lo mejor, aunque sea por medio de un disfuncionamiento. De una manera más sencilla lo encontramos en las artes marciales asiáticas: hacer de una debilidad una fuerza. Es otra estrategia que no es de enfrentamiento, que no es para rebasar sino para integrar. Una estrategia de humanismo, una sabiduría -la del daimon socrático- que reconoce lo que nos hace y nos hace actuar con lo que somos. Hay que tener sabiduría para saber callar. Sólo les recuerdo que en contra de lo que llamo un "pensamiento crítico", mi leit motiv es regresar a un "pensamiento radical", es decir, el que toma con seriedad las raíces y que a partir de este momento pone en juego la memoria dialógica del pasado y el futuro."



"Recuerden la dialógica de Edgar Morin, dice, "no hay resolución, hay un perpetuo vaivén que ya no pertenece al orden de la solución". Hay que vivir continuamente estas preguntas. Creo que ese es el punto esencial. Ya no buscar respuestas. Dicho a la manera de Husserl: ser un perpetuo debutante que repite sin cesar ciertos cuestionamientos: "doblar nuestros puntos de exclamación en puntos de interrogación". Salir de las certidumbres que pertenecen al orden de la exclamación y compartir preguntas. Ése es el verdadero aprendizaje iniciático: aprender la alteridad, la alteridad en sí, la alteridad en los demás y la alteridad en la naturaleza."