El más grande robo del siglo

A dos años del más cínico y sucio de los fraudes electorales del "México Moderno", Andrés Manuel López Obrador y La Resistencia Civil Pacífica constituyen el Gobierno Legítimo de México, un sistema ciudadano que tiene como objetivo transformar la vida pública de México, de manera pacífica, no violenta, con un cambio de mentalidad y nuevas herramientas de participación política. Es la sociedad organizada y organizando. El debate petrolero es un ejemplo de lo que se puede hacer en política y en la discusión de lo público cuando existe "voluntad democrática". ¿Quién quería aprobar en "quince días" el paquete energético? El gobierno usurpador. ¿Quién declaró en "su madre patria" que el debate era una pérdida de tiempo? El presidente ilegítimo.

La derecha, elitista, vive tiempos de "frustración" cuando el pueblo toma el control de lo que le corresponde: decidir sobre las cosas que afectan (directa o indirectamente) el quehacer público y privado de los mexicanos. Porfirio Díaz dijo hace casi un siglo lo que Jesús Reyes Heroles "director" de Pemex dijo ayer: "Los mexicanos no están preparados para opinar". Y si los mexicanos son tan tontos, como dice "el monárquico energético", su casa encuestadora, GEA ISA, ¿lucra con la opinión de "los idiotas"?, ¿o será que en esas encuestas no votan "los mexicanos"? Es tema de otra discusión.

Si se hubiera contado en las elecciones del 2006 con la organización que se tiene ahora (más de 200,000 brigadistas), hubiera sido imposible que la maestra Elba Esther Gordillo y los gobernadores priístas hubieran consumado el fraude. Porque en la defensa perredista del voto, estuvo el News Divine electoral, por eso no se olvida que el "coordinador" de la campaña fue Jesús Chucho "el roto" Ortega que, ahora sabemos, es adicto al olor de Los Pinos. Pero algo está cambiando en México. Antes, a pesar del rechazo generalizado a robos descomunales como el FOBAPROA, la "privatización" de Telmex o el aumento al IVA, las cúpulas de La República de la Televisión terminaban imponiendo "su ley" para todos. La ley del lobby. La ley de una casta monárquica neoliberal.

Hoy ya no.

Con las iniciativas de Reforma Energética que Felipe Calderón envió al congreso, tiró la última máscara que cubría su rostro "marcado" por el fraude: eran el "fast track" del remate de la industria energética nacional. La (macro)factura para George Bush y el rey Juan Carlos. El intento por privatizar Pemex en "quince minutos", desató la emergencia: la sociedad no está dispuesta a ceder el último pedazo de capital histórico, político y económico que le queda. Los panistas tocaron un punto sensible: el nacionalismo. Y de inmediato (re)activaron la memoria "del despojo", el re-cuerdo de la pérdida de la mitad del territorio, de la expropiación petrolera de 1938 y los todavía frescos despojos del neoliberalismo totalitario de Carlos Salinas de Gortari. La patria no se vende, se ama y se defiende.

Por eso, salga como salga, la consulta popular (como instrumento democrático) llegó para quedarse. Las elecciones del 2009 son la oportunidad para votar por los grupos parlamentarios que impulsen "referendums" y "consultas populares" como columna vertebral de su programa político. Votar por quien ofrezca un (co)gobierno: legislador-sociedad y un sistema de comunicación interactivo. Si no, el ejercicio "democrático" será un simulacro más de la derecha y sus papás autoritarios. México está pariendo una sociedad participativa que tiene un ojo de águila, garra de jaguar y piel de serpiente ciudadana: la sociedad de los dragones. Político, ciudadano, partido o medio que no lo entienda, seguirá dentro de la caverna viendo el juego de sombras que proyecta a diario La República de la Televisión. Millones de mexicanos tienen en su cabeza la idea del fin del ciclo; del fin del cosmopolitismo salvaje. El crack del "sistema pirata" es una necesidad civilizatoria. Es hora de re-iniciar el sistema.