La fragilidad

Si Milton Friedman estuviera vivo, tendría una sonrisa dibujada en el rostro. Los neoliberales mexicanos han aplicando su principio al pie de la letra: "Solo una crisis, -real o percibida-, produce un cambio radical en el mercado." Para Friedman la "crisis" podría ser generada por un drama colectivo, una guerra, un desastre natural, o un ataque terrorista. En México, fueron, la inundación de Tabasco, los ataques a los ductos de PEMEX, el desempleo, el aumento a los precios de la canasta básica y la inseguridad. Y ahí, con la sociedad (des)moralizada, apabullada, se implementan las medidas económicas, políticas y sociales que en una situación de "normalidad" serían imposibles de aprobarse o de "aceptar" (como la venta del petróleo o la militarización de la vida cotidiana).

La "crisis" provoca un shock social, y ante la fragilidad inducida, la mente del individuo vuelve a un estado infantil, al miedo, a la (in)movilidad. Asi, en crisis, la sociedad vive en "emergencia" por la necesidad de resolver sus problemas inmediatos: la comida, la (sobre)vivecia; y en teoría, se adhiere al liderazgo de políticos mediocres que proponen "soluciones radicales" ante la (in)estabilidad del (por)venir. En la táctica coercitiva, los medios masivos de comunicación son las pinzas eléctricas del shock y el miedo. El libre mercado radical es el "fascismo" contemporáneo.