El fiscal

Joaquín López Dóriga, tendrá en la cabina de Radio Fórmula a Andrés Manuel López Obrador. La última vez que se vieron de frente (entre-vistas) fue en aquel sucio encuentro en noticieros Televisa, (en el epicentro del sismo post-electoral). Aquella noche se transmitió la máxima prueba de que en la elección del 2 de Julio del 2006 hubo fraude. Joaquín fue un delirio que se comió a si mismo.

El fiscal.


López Dóriga, se encargó de transparentar el asunto cuando asumió el papel de vocero de La República de la Televisión, y cual fiscal en película gringa, se dedicó a "atacar" a "interrumpir", a impugnar y (des)calificar los argumentos del fraudeado, en lugar de hacer las preguntas para informar a la audiencia. Esa entrevista debe ser un caso para estudio en las escuelas de comunicación y periodismo del país; aquella noche Joaquín fue todo lo que un entrevistador no debe ser: protagonista, detractor y monárquico. Es la peor entrevista televisiva del naciente siglo XXI mexicano.