A un año de haber usurpado la presidencia de la república, Felipe Calderón concedió una "entrevista" a Joaquín López Dóriga en la telenovela noticiosa nocturna, y dijo: "El IFE es una de las instituciones más creíbles de nuestro país"; días antes, Luis Carlos Ugalde expresó que "si se le expulsaba" de la presidencia del IFE, sería "una prueba de que hubo fraude". Los dos mintieron: hubo fraude y el IFE es una de las instituciones más desprestigiadas de la vida pública de México. ¿Para eso sacaron "al presidente" --risas grabdas por lo de "presidente"--?
La entrevista fue (pre)grabada, Calderón no tiene "carácter" para sostenerse ante "algo" que no sea "un discurso editado". Cada pregunta, por más dócil que fuera, resultó una tormenta en la que "el michoacano" se hundía, se asfixiaba; sobre su "relación" con Mario Marín, desfigurado, contestó: "respeto el criterio de la corte." Sólo un mentiroso puede sostener que la absolución de Mario Marín fue una resolución jurídica "respetable" y que "es normal que el presidente de México tenga una buena relacion con el SNTE". Y para cerrar el "alegato nacional a favor de la impunidad" Calderón metió las manos al fuego por Vicente Fox al absolverlo públicamente: "No vamos a fabricar culpables, ni haremos persecuciones oficiosas."
Con el rostro descompuesto, quebrando las palabras, sudando, habló sobre sus disfrazes militares: "Al portar mi chamarra y mi gorra militar, me solidarizo e identifico con los soldados de México." Y después de su declaración "de pequeño tirano", cerró la entrevista confesando quién da las órdenes: "Efectivamente, fui a Washington antes de mi toma de posesión."
¿A qué creen que fue?
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