martes, octubre 23, 2007

Todos somos sospechosos

El gobierno puede decir lo que quiera sobre el "plan México", en realidad es una extensión más de las medidas político militares tomadas desde el Pentágono a partir del once de septiembre del 2001, el día del "colapso" que replanteó la noción de frontera, de límite, y que (re)estructuró con bombas el escenario geopolítico mundial. La herencia de las "explosiones" fue el autoritarismo y el conflicto cultural contra "los otros". Así lo explica Rossana Reguillo en Horizontes Fragmentados: "El otro adquiere, después de los ataques terroristas, los rasgos de un enemigo global que no se agota en una nacionalidad, en un espacio, en un proyecto. El otro-afuera es portador de los gérmenes de la disolución, se convierte en el espejo extremo y distorsionado de los miedos de una sociedad alcanzada por sus propias contradicciones. Unos miedos travestidos en la figura del migrante, el disidente, el hereje, el outsider."

Si atendemos a lo simbólico, "la petición" hecha por George Bush al Congreso estadounidense para la aprobación del presupuesto militar (según publica hoy La Jornada) "forma parte de un proyecto de ley de gasto suplementario de 46 mil millones de dólares para las guerras en Irak y Afganistán. El día que se anunció el Plan México, Tijuana vivió una escena de película: el sol filtrado por una capa de humo y ceniza, volvió la luz amarilla, admonitoria del caos, de los vientos y de los incendios. En el centro de la ciudad, la gente camina con cubrebocas y lentes oscuros para defender su sistema ante "la contingencia". Imagen del futuro, secuencia del caos.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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