sábado, agosto 11, 2007

Michel Maffesoli. La tajada del diablo. Paidós.

"El diablo en el mundo hispano tiene tantas acepciones como herencias culturales: Luzbel, Chamuco, Catrino, Satán, Diábolon, Abraxas, Belcebú…En los pueblos de América, el diablo es conocido con diversos nombres: en Venezuela es el Sucio, en Puerto Rico lo llaman Juan Calulú y la gente de color Cachica. En Perú, Cachano, Carrampempe, Carnudo, Maldito, Maligno, Patón, Rabudo, Uñas Largas, Tunante. En Bolivia entre los muchos nombres que tiene en español figura el de Hombre de Fuego, y en aymará y quechua, el de Supay o Supaya. En Uruguay es Mandinga (diablo negro) descendiente de africanos. En Argentina es conocido por el Malo, Sachoyoj, y Pequeño Supay. Los indios del Chaco lo llaman Ayacuá; en Paraguay es Aña o Abanga, Mbá é Pochy (ser furioso, maligno)."
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"El mal no es pues una erradificación sino un complemento de la vida. A este respecto, en el estupendo libro de J. Galinier observamos cómo los grupos otomíes de México representan la vida a través de un cuerpo dicotomizado entre la parte alta, la de Dios, y la parte baja, la del diablo".
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"Ya desde la época de la Colonia, la célebre Ciudad de Dios de San Agustín regía la política cristiana en el Nuevo Mundo y servía de parámetro para condenar, aniquilar y sojuzgar a las culturas paganas, demonizadas en su haber y hacer, en su manera de percibir e interpretar el mundo, en suma, en su forma de vivir cotidianamente el mundo social. Todo ello con el fin de justificar el establecimiento del bien a través de la violencia totalitaria. Este proceso ha sido recurrente, desde la satanización de las deidades mesoamericanas hasta la condenación de formas alternativas de supervivencia. En este sentido, podemos decir que si las danzas de diablos representaban antaño una ritualidad informal de resistencia, sobrevivencia y modos de vivir, hoy existen también bajo la misma imposición secular estrategias informales de supervivencia en la cotidianidad de la vida social".

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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