Libertad, fortuna, mentira y traición. Ensayos sobre la vida cotidiana. Paidós.
DE LA MENTIRA
"¿Cómo vamos a encontrar un principio general, que contemple las ocasiones en que mentir es permisible? La respuesta, como ya he dicho antes, es que no existe aquel principio. Ninguna regla general puede abarcar todas las circunstancias morales imaginables, ni proporcionar una solución infalible. En cambio, sí podemos deducir ciertas reglas por el mero hecho de analizar la cuestión, unas reglas que pueden sernos útiles.
La segunda regla es que el modo en que nos justifiquemos nuestras mentiras y la idea que tengamos de la "buena causa" en cuyo nombre mentimos son siempre sospechosos si la "buena causa" en cuestión resulta coincidir con nuestros intereses.
La tercera regla nos dice que debemos tener en cuenta que, incluso cuando la mentira está justificada en nombre de un bien moral mayor, sigue sin ser, en sí misma, moralmente buena. Y la cuarta y última regla nos señala que debemos percatarnos de que, si bien la mentira es a menudo lesiva para los demás, es más lesiva para nosotros mismos, porque tiene el efecto de corroer nuestro espíritu."
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