jueves, marzo 29, 2007

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Aborto, la derecha y Chespirito
josé gil olmos


México, D.F., 28 de marzo (apro).- Chespirito vuelve a la carga. Ahora ya no en respuesta al grito de “quien podrá defendernos”, sino como parte de la campaña que Televisa y la derecha política, religiosa y empresarial mexicana ha emprendido en contra de la propuesta de despenalización del aborto que el PRD ha lanzado en el Distrito Federal, primero, y en el resto del país, después.

Felipe Calderón, jefe del Ejecutivo, representante del estado laico mexicano, ha roto la legalidad al manifestarse públicamente contra la despenalización del aborto, usando términos claramente católicos. Lo mismo que los secretarios de Gobernación y Salud y legisladores del PAN. Como en la campaña de 2006, los panistas, los empresarios, la Iglesia católica conservadora y Calderón han vuelto a utilizar la pantalla de la televisión, esencialmente los canales de Televisa, para encabezar una campaña en contra del PRD. Si antes el enemigo a vencer era Andrés Manuel López Obrador, al que llamaron “un peligro para México”, hoy es la iniciativa perredista para legalizar el aborto bajo ciertas condiciones.

En 2006, la campaña sucia ideada por el estratega norteamericano Dick Morris, contratado por Calderón y el PAN, dio como resultado una sociedad dividida y confrontada. Ahora, en 2007, la nueva campaña del panismo y calderonismo, unido a la iglesia y al empresariado de derecha, ha empezado no sólo a dividir a la sociedad mexicana, sino a enfrentarla y polarizarla. Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, fue utilizado entonces para promover el voto a favor del candidato presidencial panista, y los resultados fueron más que favorables. La imagen del creador de personajes entrañables para una buena parte de la sociedad mexicana impactó en el ánimo del electorado.

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Al mismo tiempo, los empresarios emprendieron una campaña en Televisa en contra de la izquierda perredista y, en especial, en detrimento de la imagen de López Obrador. La misma televisora utilizó sus noticieros para dar la imagen de violentos a los seguidores del tabasqueño. Paralelamente, en las iglesias católicas, un buen número de sacerdotes utilizó el púlpito para difundir ideas que parecían enterradas en la historia, pero que revivieron con un fuerte impacto en la creencia popular: dijeron que si ganaba López Obrador les quitarían partes de sus propiedades (casas, departamentos, tierras) e, incluso, les quitarían algunos de sus hijos. “La izquierda, el comunismo, es el demonio”, promulgaron mientras doblaban las campanas.

Hoy, que empieza la discusión de la reforma para despenalizar el aborto en el Distrito Federal, propuesta por el PRD en la Asamblea Legislativa, y que también ya propusieron en la Cámara de Diputados, la derecha conservadora, convertida en gobierno, ha echado a caminar la misma maquinaria mediática, bajo el lema de “aborta la ley, no la vida”. El argumento gubernamental en contra de la despenalización del aborto es que no se trata de un asunto que atente a la salud pública. El secretario de Salud, José Ángel Córdoba Villalobos, dijo que el año pasado sólo hubo 88 muertes maternas por esta causa. "Son muertes que no deberían suceder, pero hay muchas otras enfermedades que representan un riesgo mayor", aseguró, y puso como ejemplo la tuberculosis, por la que mueren dos mil personas anualmente. Nada de lo que pueda enorgullecerse un funcionario público.

Sin embargo, contra esas cifras, los perredistas manejan también números oficiales que opacan con mucho los del secretario de Salud. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), en nuestro país se realizan 533 mil 100 abortos cada año en condiciones insalubres y con riesgos mortales. Jerarcas de la Iglesia católica, por su parte, se han manifestado por respetar el derecho a vida, pero rechazaron que se consulte a la población, sobre todo a las mujeres, sobre la necesidad de despenalizar el aborto. El arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, condenó la propuesta y dijo: "No es asunto de una encuesta, de un referéndum, de pedir votos, quiénes votan a favor y quiénes en contra: no, porque el derecho de un ser humano no está al voto".

El cardenal Norberto Rivera, encabezó, a su vez, una peregrinación-marcha en contra de la legalización del aborto, mientras que el Vaticano mandó a un representante especial para manifestarse en contra de esta medida. Sin embargo, estos mismos jerarcas católicos son los que han guardado silencio sobre las demandas penales en México y otros países en contra de sacerdotes que han destruido la vida de centenas de niños sobre quienes han abusado sexualmente.

Televisa también ha tomado partido en el asunto. Sus noticieros son usados como catapulta de la campaña en contra de este tema. Entrevistas, reportajes, notas de mujeres arrepentidas de haber abortado, son difundidas en los noticieros más importantes. Pero no hay ninguna información de las mujeres que han decidido abortar por cuestiones económicas, familiares, sociales y hasta de salud. La manipulación de la opinión pública tiene su cúspide con Chespirito y, parafraseando a su personaje “El Chapulín Colorado” habría que preguntar “quien podrá defendernos” de su campaña “Abortemos la ley, no la vida”.
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El tema del aborto es complicado, es un asunto de salud pública antes que religiosa que es necesario discutir y legislar con mayor amplitud. Quizás sólo el tema de la eutanasia puede asimilarse y provocar discusiones sociales y enfrentamientos tan fuertes como el aborto. Pero al final, en ambos casos, se trata de una decisión individual, y en ella ni la Iglesia ni los empresarios, los gobiernos, ni Chespirito, pueden inmiscuirse.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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