El futuro que venía

En la madrugada elegida por el Foxiato para montar su telenovela electoral, unos minutos después de que supuestamente Felipe Calderón invertía los resultados electorales de manera "dramática", y conquistaba el triunfo en las elecciones presidenciales, el candidato panista salió al templete a mentir en cadena nacional, y empezó a representar una obra política de mal gusto acompañado del yunketo y líder nacional del PAN, Manuel Espino.

Los dos lucían eufóricos, se habían aprendido bien los movimientos previamente acordados, traían el champagne en los ojos, y no se les dificultó actuar. --¡Ganamos!-- Dijeron con las encuestas en la mano, y desde el templete saludaron y se mostraron afectuosos ante sus seguidores --los extras neofraudistas-- que brincaban, gritaban y se abrazaban desbordados ante una lluvia de confeti blanquiazul.

Era la imagen del fraude.

El arrogante Manuel Espino destilaba un placer falso, y ostentoso, se mantuvo a un lado de Felipe Calderón: protegiéndolo, revisándolo, "controlando" la puesta en escena. Segundos antes de que Felipe Calderón iniciara su discurso, Manuel Espino dio un paso adelante, estiró una hoja y la detuvo para que Feli-pillo Calderón la leyera. En esa hoja estaba escrito el discurso "del triunfo" y los "agradecimientos" por el fraude. Desde esos primeros minutos de la faramalla foxista se dejó muy claro quién es el que manda y dicta las órdenes, y quien solo lee pa-pe-lee-les.