martes, noviembre 14, 2006

El reciclaje noticioso

La vida de una nota periodística (al contrario de la de Fidel Castro) es una vida corta y, en la mayoría de los casos, efímera. Los hechos que anteayer fueron primera plana, en tres cuatro días pasan a ser relleno, "paja noticiosa". Sólo un hecho excepcional, como la caída de las torres gemelas, la muerte del papa o la guerra en Irak permanece más tiempo "vivos".

Partiendo de este argumento, resulta revelador y sospechoso que, en el noticiero nocturno de Televisa, haya dos notas que se han mantenido al aire por más de veinte días: el caso Belmar y los secuestradores virtuales. Importantes, son; pero, ¿trascendentales para la vida política, económica o social de la nación o del mundo?, no. Entonces, ¿cómo explicar su vigencia noticiosa? Por consigna editorial.

Y eso hacen cada noche: obedecer e inventar formas para que la nota se recicle con verosimilitud y se (re)caliente para servirse cada noche, vestida con otras imágenes, decorada con otros audios, representada por otros actores. La estrategia de Televisa es la misma que practicó durante el proceso electoral: emitir noticias que generen psicosis colectiva, miedo en las mentes de los espectadores. ¿Con qué objetivo?, ¿Qué resultados busca obtener al manipular y omitir aspectos de la realidad?

Lo mismo que buscaron detonar años atrás con el "chupacabras" y hace unos meses con los náufragos fraudulentos de Nayarit: bombas de humo. Bombas fétidas. Paracaídas para contener debacles futuras. Un curita para una complicada cirugía de corazón abierto. A la televisora pareciera no importarle el riesgo que ello conlleva, el retroceso democrático que eso significa y el tiempo y el dinero que le va a costar revertir su imagen que, hoy, es la misma que tenía hace veinte años: titireteros del régimen. Televisa es una empresa y lo que le interesa es ganar dinero y concesiones para acumular poder, para seguir expandiéndose y seguir sirviendo a quien le ofrezca mas ganancias y le exija menos cambios.

Televisa está podrida.

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Contra(comunicado):

Como decía Henry David Thoreau, "No pido inmediatamente que no haya gobierno, sino inmediatamente un gobierno mejor". El orígen de Medios y política fue el fraude electoral del 2006: nació La República de la Televisión y la programa(ción) se volvió dicta(dura): un monopolio opinativo de Tercer Grado. Aquí en 'Medios y política' están las evidencias comunicacionales que sostienen nuestra tésis: Felipe Calderón no ganó las elecciones; la oligarquía lo impuso mediante un fraude para auto(comprarse) lo que queda de México. Y lo repitieron imponiendo a Enrique Peña Nieto en el 2012. Por eso pedimos lo posible: que se restaure La República.

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