¿Y el PRI?

¿Y el PRI? Oficialmente sumido en el silencio; debajo de la capa mediática, opera, se divide y se reconfigura nebulosamente en dos grupos politico delincuenciales: el madracismo y el gordillismo. Los seguidores de la maestra han pretendido arrebaterle el PRI a la mafia desangrada de Madrazo como parte de un elaborado plan de venganza, incluso utilizando el arma venenosa de la traición. La (ex)maquina electoral del PRI es hoy una pelea de barrio donde la maestra parecía ser la única que traía cuchillos y velocímetros. Y no fue así.

Esta elección ha sido el fracaso electoral más grande y "sospechoso" de la historia del PRI. Paradójicamente, un grupúsculo de gobernadores actuaron como lo que son: mapaches electorales y convertirse así, en la fuerza que descontroló (temporalmente) esta historia. Los dados --como lo demuestran las grabaciones--, habían sido cargados a media tarde del dos de julio por el clan gordillista (al menos Sonora y Tamaulipas) y con eso, aparte de cambiar el guión de la elección, revivía al asfixiado pero nunca muerto TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo).

El candidato de este frente de gobernadores en la preelección presidencial priista fue Arturo Montiel; el desprestigiado exgobernador del Estado de México, eliminado de la contienda priísta por medio de una puñalada mediática que expuso y denunció su exagerada corrupción. Esa herida de muerte llevaba el sello de Roberto Madrazo Pintado. El tabasqueño se hizo de la candidatura y del partido, y ahí mismo, en el escenario de esa batalla preelectoral se gestó el rencor y se plantó una semilla de venganza. El fruto de ese encono fue el pacto de los gobernadores con el gobierno federal por la entrega del voto duro priísta al candidato oficial, traicionando así, no solo a Roberto Madrazo sino a las bases de su partido.

Han revivido a Madrazo, otra vez, y es probable que este capo herido aparezca en la arena política no solo con la ropa rasgada sino con la la navaja fuera del estuche y deseos de cobrarle a la maestra Gordillo la factura de la estrepitosa derrota priísta.